viernes, 27 de agosto de 2010

" La Leyenda Del HADA AZUL ".

Llovía pausadamente en aquel bosque, vergel natural, donde mil bichitos convivían en plena armonía con la naturaleza.

Las diminutas partículas de agua se deslizaban relajadamente balanceándose con los divertidos juegos de las corrientes de aire, que las empujaban y zarandeaban con suma delicadeza.

En las pequeñas charcas y lagunas, jugaban las ranitas, que saltaban entre las hojas de los nenúfares, a ver quién atrapaba más mosquitos.

Algunos pajarillos se posaban en el húmedo suelo, en busca de ramitas quebradas y hojitas secas de hierbas, para fabricar sus diminutos nidos, a la vez que daban caza a escurridizas lombrices, gusanos y pequeños insectos para alimentarse.

Más arriba, entre aquellas nubes, se dejaba ver una abertura, por donde un tímido rayo de sol se abría camino sobre las copas de los árboles.

Seguía lloviendo con quietud, y aquel rayo de luz solar atravesó la tenue cortina de agua, formando un hermoso arco iris de bellos y brillantes colores, que destacaba muy por encima de las tonalidades multicolores que siempre caracterizaban a ese bosque.

Más abajo, en medio de un tupido grupo de árboles, se podía ver un claro, donde estaba la pequeña Yaky, una dulce hada que descansaba plácidamente sobre un montículo de hojarasca seca, inmersa en sus pensamientos. Ésta quedó bañada justo por el brillante tono azul intenso de aquel arco iris.

Sus ojos, humedecidos por la emoción, pudieron ver cómo la miraban con asombro todos los bichitos y animalitos del bosque, que murmuraban y se decían cosas al oido.

Fué entonces cuando las nubes se disiparon y un radiante sol de primavera llenó de luz todo aquel lugar, desapareciendo el arco iris, pero quedando impregnada de color azul la piel del hada.

Todos la miraban boquiabiertos, con ojos de sorpresa y admiración, en el más inquietante silencio.

"¿ Qué os pasa?", - les decía el hada.

Tras una prolongada pausa, se oyó una voz temblorosa entre los arbustos:

"¡ Oh, bella hada !", - contestó un pequeño castor, " - ¡¡ Te has convertio en un hada azul !! ".

Ella, con gran sorpresa, se miraba la piel, ahora pigmentada de un tono azul celeste. Y en su cara, se dibujó una linda sonrisa de aprobación.

Con mucha dulzura, se acercó a donde estaban todos los animalitos, y comenzó a jugar con ellos, transmitiéndoles confianza, alegría y mucha felicidad.

Desde aquel día, la dulce Yaky fué más conocida como el HADA AZUL, que vela por la felicidad, el equilibrio, y la armonía de todos los habitantes, en su pequeño bosque.

Un bosque, que todos bautizaron como:

" El Bosque Del Hada Azul ".

Gonzalo Bautista, Agosto de 2010.